miércoles, 16 de junio de 2010


PECADO

¿Será el pecado el único regalo que hemos podido acoger de Dios, el único asumido desde lo más profundo de nuestros corazones?
El pecado
mi pecado hermano.
Yo tu hermana porque peco
y tu mi hermano porque peco.

No hay maldad me atrevo a decir, porque no la reconozco en mí
o porque no la quiero ver.
Le llamo ignorancia, rebeldía, seguridad, ceguera, resentimiento, arrogancia.
No maldad.

Pecar
respirar.
¿Qué hago más?
¿Qué hice más?
¿Y sí ese es el paso que tenía que dar?
¡Sí!
Dar mil veces
pecar mil veces.
Mil veces al día
mil veces por mil veces al día.

Pecar, caminar, no parar y pasar por todas las miles y una sola estación por la que nunca dejamos de pasar: el amor / el dolor.
El dolor que nos llena de amor y nos une
y que me hace (¡por Dios que me haga!)
no gritarles
no juzgarlos.
No verlos nunca más, nunca más los veré
porque estarán en mí
y seré en ustedes.
En su ira yo reviento y exploto y ataco
en mi ignorancia mato y justifico.


El tiempo correrá para que la sonrisa salga después de la revelación.
Y el pecado tal vez sea ese líquido que haga que veamos realmente esa imagen.
“La imagen”, no la que creíamos haber tomado, sino la final, la que realmente se fijó.

No hay comentarios: